¿Por qué el Sars-CoV-2 es tan letal?
Que ninguna persona en el mundo tuviera inmunidad y su impresionante maquinaria genética para entrar a las células humanas explican los más de 400 mil fallecidos que este coronavirus ha producido hasta ahora.
El virus Sars-CoV-2 que hoy está causando la pandemia más grave de los últimos años es un virus muy parecido a los “primos” Sars 1 y Mers, también de la familia de los coronavirus, que causaron brotes en 2002-2003 y 2011.
Sin embargo, ninguno de ellos alcanzó el impacto que hoy tiene el virus que causa la enfermedad conocida como Covid-19. ¿Qué lo hace tan contagioso? ¿Por qué han muerto al menos 412 mil personas en el mundo?
El infectólogo de Clínica Las Condes Rodrigo Blamey explica que el nuevo coronavirus no es más letal que sus predecesores, pero sí más contagioso y eso explica el gran número de fallecidos. Además, a diferencia de sus “parientes“, un contagiado puede transmitir el virus antes de presentar síntomas y, ante eso, cualquier estrategia de contención es más difícil.
Es un virus nuevo, para el que ninguna persona tiene inmunidad, pero una de las clave parece estar en su estructura molecular.
Carola Otth, doctora en Ciencias Biológicas y prorrectora de la U. Austral, señala que el virus posee algunas características virológicas que lo hacen distinto y que explican por qué se convirtió en pandemia. “Una investigación sobre patogenicidad caracterizó las preferencias que tiene el virus por cierto tipo de células en la cavidad nasal. En este lugar el virus se replica mejor“.
Otra característica de este virus son los receptores que utiliza en el organismo.
Conocida es la puerta de ingreso a la célula humana: en su superficie, el virus tiene una proteína llamada Spike (S), la que se adhiere a la enzima convertidora de angiotensina (ECA2, en español), presente en los pulmones, pero también en el tracto digestivo.
“También hay evidencia de que este virus utiliza la furina, una proteasa del ser humano que divide, corta en dos a Spike y favorece el ingreso del virus en las célula y aumenta la carga viral. Una característica que no tenían los coronavirus anteriores“, explica Otth.
Vivian Luchsinger, viróloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la U. de Chile, agrega que al dividirse en dos la proteína de superficie del virus, se facilita el ingreso e incluso con menos cantidad de virus se podría hacer una infección productiva y facilitar su transmisión.
Sin síntomas
Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia&Vida, dice que virus como el Sars-CoV y el Mers-CoV mostraban síntomas muy reconocibles y en muchos casos bastante severos. “Para el caso del Sars-CoV este fue contenido identificando y aislando a los pacientes y ayudaba también el hecho de que el virus se transmitía sobre todo de forma posterior a la aparición de los síntomas“, señala.
El número de pacientes asintomáticos y presintomáticos para estos otros dos coronavirus es menor si se compara con lo observado con Sars-CoV-2. “Si revisamos cuándo se produce el peak de carga de ARN viral en los distintos virus, en el caso del Sars-CoV-2 esto ocurre de forma más temprana que sus contrapartes, produciéndose al tercer día desde el inicio de los síntomas (y siendo igualmente detectable uno o dos días antes del inicio de los síntomas. Es por esto que pacientes presintomáticos pueden transmitir la enfermedad) a diferencia de Sars-CoV, que tiene peak a los 10 días post síntomas y Mers-CoV con peak al segundo día de hospitalización“, indica Muena.
Todo esto dificulta la contención del virus, debido a la transmisión asintomática y presintomática.
La investigadora Susan Bueno recalca que los microorganismos que son capaces de infectar y reproducirse sin generar mayor sintomatología en su hospedero “son más exitosos en su transmisión, dado que la sintomatología es un indicador de enfermedad que naturalmente resulta en que el individuo infectado o se aísle o sea aislado“. ¿Cómo el virus modela la respuesta inmune por tanto tiempo? Es materia a investigar.
Preguntas por responder
En los casi seis meses que lleva circulando el virus, distintos grupos de investigación se han dedicado a su estudio, pero todavía quedan varios aspectos por resolver.
A juicio de Otth, falta esclarecer si la posible invasión del Sars-CoV-2 al Sistema Nervioso Central (SNC) puede relacionarse con la insuficiencia respiratoria aguda de los pacientes con Covid-19, lo que puede tener implicancias en las estrategias terapéuticas que se están llevando a cabo adelante. Una persona que pierde el olfato es indicativo de que el virus afecta el bulbo respiratorio, una puerta de entrada el sistema nervioso.
Para Susan Bueno, se debe indagar más aún en las consecuencias a largo plazo del virus. Esto incluye, el tipo de respuesta inmune que sea protector, su duración y, en cuanto a las consecuencias a largo plazo de la enfermedad, tanto a nivel del pulmón como de otros órganos que pueden verse afectados, como el intestino y el sistema nervioso. “Hay nuevos estudios que han identificado diferencias en las respuestas inmunes de individuos que desarrollan la enfermedad de forma más severa, pero aún falta entender qué gatilla estas diferencias y cómo poder estimular una respuesta antiviral más fuerte en dichos pacientes. Otro aspecto muy fundamental es entender por qué algunos niños desarrollan enfermedades inflamatorias sistémicas asociadas a la infección con Covid-19“, dice la investigadora del IMII.
La inmunidad debe ser también motivo de investigación, según Muena.
El investigador de la Fundación Ciencia&Vida cree que es necesario “hacer estudios longitudinales con pacientes recuperados para saber, primero, si tienen inmunidad frente al virus y por cuánto tiempo esta dura. También conocer cuáles son las partes más valiosas del virus para poder generar inmunidad“, lo que es relevante para el diseño de vacunas que induzcan una inmunidad por períodos de tiempo mayores“, dice.